¿Recuerdas en las viejas caricaturas que
cuando alguien tenía que tomar una decisión, ya sea buena o mala, había un
ángel y una especie de diablito sobre sus hombros?
Aunque fue una broma para hacernos reír,
es cierto que podemos ser influenciados por las cosas que nos rodean, como voces
que nos dicen qué elegir o qué hacer; no podemos evitar esas cosas, pero
podemos elegir escuchar o no; es decir, puedes elegir ser influenciado por esas
cosas o no.
Déjame decirte algo que tal vez ya sepas o
no. Todos somos únicos; así es como fuimos creados, pero la mayoría de nosotros
perdemos esa singularidad o autenticidad cuando decidimos ser influenciados por
otras cosas; perdemos esa singularidad cuando escogemos ir a donde van todos,
cuando decidimos elegir lo que todos eligen; en otras palabras, nos dejamos
llevar por la mayoría.
Hubo una ocasión en la que 12 personas
fueron enviadas a espiar cierta tierra con el propósito de ver si la tierra era
buena para vivir, así que estos hombres fueron a explorar la tierra y vieron cómo
era la tierra y cómo era la gente que vivía allí.
Volvieron a comunicar lo que habían visto
al pueblo. Les dijeron que era una
tierra grande y fructífera, pero había gigantes allí, personas fuertes y grandes
ciudades. Diez de estos hombres dijeron que no podían conquistar la tierra
porque se veían como langostas para ellos, ya que la gente de allí eran como gigantes,
pero dos de ellos dijeron que podían ir allí, conquistar y tomar posesión de la
tierra. Ahora aquí hay una pregunta, ¿a quién habrías escuchado, honestamente?
¿Qué crees que sucedió? ¿a quién crees que todos decidieron escucharon más?
La Biblia dice
que Israel lloró esa noche como si fueran a morir. El pueblo de Israel tenía
una singularidad que nadie más tenía. Ellos eran el pueblo de Dios, pero debido
a lo que la mayoría dijo, olvidaron eso e incluso trataron de matar a los dos
hombres que dijeron que podían conquistar la tierra porque Dios estaba con
ellos. Estas personas que siguieron a la mayoría perdieron la oportunidad de
vivir en la tierra prometida porque confiaban en la mayoría y no en lo que los
hacía únicos, solo sus hijos podrían vivir allí y también los dos hombres que
no dejaron de confiar en lo que los hacía únicos.
Dios nos ha creado y Él conoce nuestros
corazones, nuestros pensamientos y todo en nosotros por eso la única manera de
ser único es en él, así que no pierdas tu autenticidad; no escuches lo que el
mundo te está diciendo sino lo Dios está diciendo; no te dejes influenciar por
las cosas de este mundo; sigue el camino correcto; pon a Dios en el primer
lugar de tu vida. No solo serás único, sino que también conocerás personas
únicas y tu vida será autentica.
(Ref. Números 13-14; Mateo 6:33; Salmos 139: 13-14)
0 comentarios:
Publicar un comentario