martes, 23 de enero de 2018

¿A Quién Estoy Siguiendo?


¿Recuerdas en las viejas caricaturas que cuando alguien tenía que tomar una decisión, ya sea buena o mala, había un ángel y una especie de diablito sobre sus hombros?
Aunque fue una broma para hacernos reír, es cierto que podemos ser influenciados por las cosas que nos rodean, como voces que nos dicen qué elegir o qué hacer; no podemos evitar esas cosas, pero podemos elegir escuchar o no; es decir, puedes elegir ser influenciado por esas cosas o no.
Déjame decirte algo que tal vez ya sepas o no. Todos somos únicos; así es como fuimos creados, pero la mayoría de nosotros perdemos esa singularidad o autenticidad cuando decidimos ser influenciados por otras cosas; perdemos esa singularidad cuando escogemos ir a donde van todos, cuando decidimos elegir lo que todos eligen; en otras palabras, nos dejamos llevar por la mayoría.  
Hubo una ocasión en la que 12 personas fueron enviadas a espiar cierta tierra con el propósito de ver si la tierra era buena para vivir, así que estos hombres fueron a explorar la tierra y vieron cómo era la tierra y cómo era la gente que vivía allí.  
Volvieron a comunicar lo que habían visto al pueblo.  Les dijeron que era una tierra grande y fructífera, pero había gigantes allí, personas fuertes y grandes ciudades. Diez de estos hombres dijeron que no podían conquistar la tierra porque se veían como langostas para ellos, ya que la gente de allí eran como gigantes, pero dos de ellos dijeron que podían ir allí, conquistar y tomar posesión de la tierra. Ahora aquí hay una pregunta, ¿a quién habrías escuchado, honestamente? ¿Qué crees que sucedió? ¿a quién crees que todos decidieron escucharon más?
         La Biblia dice que Israel lloró esa noche como si fueran a morir. El pueblo de Israel tenía una singularidad que nadie más tenía. Ellos eran el pueblo de Dios, pero debido a lo que la mayoría dijo, olvidaron eso e incluso trataron de matar a los dos hombres que dijeron que podían conquistar la tierra porque Dios estaba con ellos. Estas personas que siguieron a la mayoría perdieron la oportunidad de vivir en la tierra prometida porque confiaban en la mayoría y no en lo que los hacía únicos, solo sus hijos podrían vivir allí y también los dos hombres que no dejaron de confiar en lo que los hacía únicos.
Dios nos ha creado y Él conoce nuestros corazones, nuestros pensamientos y todo en nosotros por eso la única manera de ser único es en él, así que no pierdas tu autenticidad; no escuches lo que el mundo te está diciendo sino lo Dios está diciendo; no te dejes influenciar por las cosas de este mundo; sigue el camino correcto; pon a Dios en el primer lugar de tu vida. No solo serás único, sino que también conocerás personas únicas y tu vida será autentica. 
(Ref. Números 13-14; Mateo 6:33; Salmos 139: 13-14)   

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