Una
vez, cuando Pablo estaba en Atenas, él estaba predicando como siempre lo hacía
en todas partes. Algunos filósofos de esa ciudad querían saber más sobre lo que
estaba diciendo. Tenían curiosidad, así que lo llevaron a un lugar llamado Areópago
donde estos filósofos solían reunirse y hablar o debatir cualquier tema. Pablo
se paró en el medio y dijo:
"¡Gente
de Atenas! Veo que en todos los sentidos son muy religiosos. Porque mientras
caminaba y miraba cuidadosamente tus objetos de adoración, encontré un altar
con esta inscripción: A UN DIOS DESCONOCIDO. Pues bien, eso que ustedes adoran
como algo desconocido es lo que yo les anuncio. El Dios que hizo el mundo y
todo lo que hay en él es Señor del cielo y de la tierra. No vive en templos
construidos por hombres, ni se deja servir por manos humanas, como si
necesitara de algo. Por el contrario, él es quien da a todos, la vida, el
aliento y todas las cosas. De un solo hombre hizo todas las naciones para que
habitaran toda la tierra; y determinó los períodos de su historia y las fronteras
de sus territorios. Esto lo hizo Dios para que todos lo busquen y, aunque sea a
tientas, lo encuentren. En verdad, él no está lejos de ninguno de nosotros, “puesto
que en él vivimos, nos movemos y existimos”.”
Hoy
en día, hay muchas formas de conocer a alguien, ¿verdad? Puedes conocer a
alguien hablando, esa es la forma "anticuada", o buscando a alguien
en Internet, en las redes sociales. La pregunta es, ¿cómo sabes que conoces a
alguien? Probablemente digas que conoces a alguien porque sabes su nombre y un
par de cosas personales sobre esta persona. También puedes decir que conoces a
alguien porque puedes reconocerlo en la calle e incluso saludarlo, aunque nunca
le hables a esa persona.
De
hecho, hay muchas maneras de "conocer" a alguien, pero conocer a Dios
es algo totalmente diferente, no solo porque Dios es increíble e infinito, sino
también porque conocer a Dios significa más que solo conocer su nombre y
algunas cosas personales. Conocer a Dios cambia todo totalmente; da una nueva
perspectiva de la vida.
Los
de Atenas no conocían a Dios, simplemente escucharon hablar de él,
probablemente debido a los judíos que estaban cerca. Estos Atenienses estaban
adorando a este Dios desconocido, pero no hubo un cambio en sus vidas o algo
diferente en ellos porque este Dios desconocido era solo una cosa más para
adorar. A veces somos como ellos; creemos que conocemos a Dios, pero
simplemente lo adoramos los domingos y el resto de la semana, le damos
prioridad a otras cosas, y nos olvidamos que Él está allí queriendo tener una
relación con nosotros.
Pablo
dice en Gálatas 4: 8 que antes, cuando no conocíamos a Dios, éramos esclavos de
los que en realidad no son dioses. Lo que él quiere decir es que conocer a Dios
también nos da libertad; sin embargo, la mayoría de la gente parece estar
apegada a las cosas de este mundo, y es por eso que su prioridad no es Dios; la
pregunta es, ¿realmente conocen a Dios o solo escucharon acerca de él?
Cuando
realmente conoces a alguien, sabes lo que quiere esta persona, ¿verdad? Tu sabes
lo que le gusta; conoces sus sueños y deseos. Saber esas cosas demuestra que
estás interesado en esta persona. Por lo tanto, debería ser lo mismo con Dios,
si decimos que lo conocemos, es porque sabemos lo que le gusta, lo que le
agrada, y conocemos sus deseos para nosotros y para el mundo. Por lo tanto,
deberíamos poner todo nuestro esfuerzo en hacer esas cosas porque conocemos a
Dios. verás, cuando sabes algo que es realmente extraordinario y sorprendente,
y nunca lo habías visto antes, quieres que todos lo sepan también, ¿verdad? Si
decimos que conocemos a Dios, debemos darnos cuenta de lo increíble, y poderoso
que es. Por lo que deberíamos querer que todos los demás lo conozcan también.
Si no deseamos que todos lo conozcan, quizá no lo conocemos a Él, solo hemos
escuchado de él. El deseo de Dios es que todos puedan conocerlo; entonces, si
decimos que lo conocemos, deberíamos desear lo mismo.
Entonces
las preguntas que debemos hacernos a nosotros mismos son: ¿Realmente conozco a
Dios? ¿Quiero que todos lo conozcan? ¿Estoy viviendo de manera diferente?
¿Reflejo a Dios con mi vida?
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